Perder cosas / que te las roben

En la familia sufrimos una pérdida material. Aún no puedo creerlo.

Una persona que trabajó 15 años con nosotros.

Absolutamente descreída, triste, reviso mi mail: la invitación a una exposición de Jimena Padilla (una chica extraordinaria y buena artista además) que al final firma:

Nothing is yours, No one is yours, Thieves prove that…

Tome chango su banana.

En caso de que nosotras todavía pusiéramos algo de valor sentimental a los objetos (se robaron, entre otras cosas, una moneda que pertenecía a mi padre, uno de los últimos objetos que teníamos de él), el ladrón nos vino a recordar que nada es nuestro. Quizás sólo el recuerdo de sus manos ajadas tocando aquella moneda.

Reto al ladrón a quitarnos eso.

***

Tampoco la gente que amas es tuya: se muere, se va o cambia de opinión. Un día decide que he/she no longer loves you. Así que, vamos valorando los momentos en que nos saca la lengua y habla con nosotros por messenger o que nos escribe un mail largo y amoroso. (cuando nos prepara el desayuno o cuando se queda callado para no lastimarte).

Digo, m’anque sea.

***

Con todo lo que está pasando, creo que también nos están robando lo que nos quedaba de país, en sentido literal, pero también en sentido simbólico:

-al permitir (abiertamente, vamos, que se permite hace mucho) la siembra de maíz transgénico están dando el último plumazo para el fin del padre-madre patria.

-al permitir que saquen a patadas a miles de trabajadores de LyFC, al justificar la violencia de estado, estamos viendo cómo boquea la última inteligencia que teníamos: nuestra capacidad para negociar. Con ella se nos va también nuestro buen humor, nuestra medianía que cuando no se convertía en mediocridad nos daba ese lugar chingón de mexicanos que no conocen un buen ejército, que no saben lo que son los policías ojetes, porque pus, nosotros éramos buenos para el choro. Negociábamos.  (Cuando eso no era corrupto, cuando, repito, no era mediocre, era una inteligencia involuntaria y funcionaba).

No sé. Yo empiezo a pensar SERIAMENTE en el exilio.

UPDATE: Creo que dije una pendejada: por supuesto que conocemos a los polis ojetes. A lo que me refería es a este tipo de cuerpo policíaco con el que se puede hablar, con el que se negocia: los polis de crucero…unos pinches chaparritos (ojetes) que en ciertos niveles nos los pasamos por el arco del triunfo. Me refiero a los polis que veo echando novia en las esquinas, los polis que todavía ríen o que te dejan ir porque se asustan, se avergüenzan, o porque los hiciste reír.

Sé que es una inconsistencia y que precisamente esa falta de profesionalización los hace tremendamente peligrosos, pero también los hace un brazo menos amenazador de la ley.

Es difícil explicar esto, pero todos hemos visto un poli así en México. Igual pienso en los otros lugares del mundo en donde he sido abordada o detenida por un policía (Estados Unidos, Hungría, España); me han puesto el susto de mi vida nada más de acercarme sus caras de perro, me han gritado, me han escupido y me han tomado del brazo del modo que nunca un policía mexicano lo ha hecho.

En París, por ejemplo, tuve chance de ver cómo atrapaban a un magrebí en pleno camellón de Pigalle, como a eso de la 1 am. La forma en que lo golpearon a macanazos en el suelo es algo que no se me olvida.

En fin… qué digo, aquí los extorsionan por años y luego les cortan la cabeza. Polis ojetes hay en todos lados.

8 thoughts on “Perder cosas / que te las roben

  1. Mi querida, platícame cuándo no fue corrupto, cuando no hubo políticas ojetas. Cuándo los sindicatos dejaron de cumplir su función de negociar en nombre del trabajador para convertirse en un gran negocio (pregúntale a la Maestra Elba Esther). Es triste, sobre todo porque aún si hubiese que hacer cambios en LyFC, nadie se ocupa ni preocupa de los derechos de los trabajadores o de los ciudadanos.
    Un abrazo (me voy a leer la correspondencia entre Freud y Einstein sobre la guerra, para mi seminario).

  2. Órale, te estaba leyendo y en eso apareció este otro post. Las pérdidas son dolores muy cabrones (por eso siento mucho lo que te pasó porque aunque te he visto pocas veces en persona, por acá creo que te he llegado a tener afecto) y si no está uno bien parado pueden dejarte tirado para siempre. Lo bueno es que a muchos, como a tí, dan la oportunidad de hacer una especie de revisión y si logra uno desapegarse, gana más. Tal parece que el país está perdiendo cada vez más cosas valiosas(dignidad, honestidad, ¡mexicanos!) o estamos perdiendo al país y sí, creo que varios buscaremos activamente el exilio . Parece que la emigración no sólo ocurre con los polleros, sino que está en todos los ámbitos. Lo malo es que al rato ni siquiera nos va a gustar nuestro país, ni lo vamos a querer ¿Volver a Colombia!, para qué?! me dijo un caleño nacionalizado canadiense y no era un tipo ignorante. Y ya, pa’ callarme, creo que también hay pérdidas “voluntarias” pero inconsientes y otras que se dan para nuestro bien, al menos a mí me han pasado algunas.

  3. Miriam, mientras lees correspondencia ajena, te comento que desde hace dos o tres posts, siento que estás leyendo demasiado rápido los posts.

    Yo nunca dije que alguna vez fueron hermanitas de la caridad ninguno de estos cabrones.

    Lo que dije fue “es una mamada apoyar violencia de estado” y “la única inteligencia que nos quedaba era la de negociar”.

    ¿Cómo implican esos argumentos que yo desconozco el negociazo que se hace con los sindicatos en este país?

    Por otro lado, dices que nadie se ocupa de los trabajadores con o sin sindicato. Supongo que te refieres a los obreros. Está de la chingada, eso es cierto. Lo cabrón es que ahora, además de chingarse a los obreros, se van a chingar a la clase media, que pagará un monto multimillonario para lavar la culpa de las liquidaciones de esos mismos obreros (los de LyFC) QUE NO DEBÍAN LIQUIDAR EN PRIMER LUGAR!

    Es como querer tapar un hoyo echándole bombas, no mamen!

    También hablas de Doña Elba y sabemos la clase de lacrita que hay allí. Ora nomás quiero ver si el presidente anti-sindicato se atreve a tocarla a ella o a los petroleros.

    Verdá que no?

    Ahh, pos entonces dudo que esté contra los sindicatos, sino a favor de que privaticen la energía eléctrica, a favor de Elías Ayub (el director de la CFE, quien ahora tiene el gobierno de facto de la extinta compañía de LyFC).

    ¿Y Elías Ayub de quién es yerno? ¿De quién de quién de quién?

    AAaaaaaaah síiiiii, ¡de Carlitos Slim!

  4. Cascabelera, tenía que subir a un avión urgente y no me dio tiempo de contestarte, pero quería agradecer ese comentario cariñoso sobre la pérdida.

    Abrazo.

  5. Querida Ira, lamento lo que te pasó (y lo que está pasando) y te felicito por esa entereza y esa claridad.

    Sobre el exilio, sin embargo, no sé. Yo también lo he pensado muchas veces, pero de pronto cambio de parecer y pienso que es tirar por completo la toalla: aceptar que todo se fue al carajo sin remedio y renunciar, cortar ese otro lazo con la padre/madre patria. Y a lo mejor algunas personas en tu situación o en la mía pueden hacerlo, aunque sea a riesgo de la precariedad y muchas dificultades en donde vayan a llegar…, pero la mayoría no podrá. Y cuando pienso esto se me ocurre que lo de emigrar (“a la chingada todos, que se vayan al carajo con su país incluido”) me parece un acto de egoísmo terrible.

    Cada quién juzgará qué tan bueno o malo es ese egoísmo, desde luego. Pero así como hay muchos mexicanos ojetes (y me ha tocado ver de cerca a algunos, por así decir, en días recientes, aunque no del mismo modo que a ti), hay otros que no lo son. Muchos otros.

    Es mi opinión pero (porque no creo en ese cliché del desinterés que es decir “es mi opinión” para luego callarse) la sostengo y la defiendo.

    Un abrazo.

  6. Gracias por opinar Alberto, me llena de orgullo poder decir que me pusiste a pensar y que señalaste muy bien que estaba dejando hablar a la tripa. Escribí otro post de eso. Tengo suerte de que vengas acá seguido.
    Saludos y abrazo de regreso.

Leave a reply to cascabelera Cancel reply