…al menos me digné leer el libro de Richard Matheson.
Lo que no entiendo es para qué se molestaron en pagar los derechos para ponerle el mismo título.
Tampoco me esperaba gran cosa. Digo, sale Will Smith.
Fue raro porque además me tocó sentarme junto a Lyn May.
Me hizo la noche. Esa señora de pómulos como una telera hablaba bajito y preguntaba todo el plot. Que por qué hizo esto y por qué no hizo aquello. Ayyy qué tonto.
Soy leyenda, soy leyenda. Voy al cine con pura celebridá.
De la peli lo único interesante fue comprobar el predecible resultado del viejo experimento (no sé si tan posmoderno), ese que que tanto éxito le ha cosechado a directores como Tarantino: la copia de la copia de la copia de un original del que ya no queda nada.
Como estudio semiótico es una joyita.
Como estudio del la correcta factura de un guión cinematográfico también resulta ejemplar…
Ayer aprendí por ejemplo:
-que no importa cuántas personas YA NO existan en el mundo, la electricidad la genera dios, chingao, y dios pus ni modo que no trabaje.
-que cuando las dos llantas traseras de tu troca ya tocan el aire en un precipicio todavía es posible jugar arrancones.
-que una mujer sola de 50 kilos puede burlar a 20 zombies rabiosos y sacar a Will Smith (que debe andar por los 2 metros y los 90 kilos) de un auto volcado en menos de dos segundos.
-que cuando llevas tres años sin ver un alma te preocupa muchísimo que toda tu ropa combine, esté planchadita y limpia, pus ni modos de tirarse al caño.
-que Mustang paga muy bien el product placement.
-que seguramente Blockbuster no invierte en esas tarugadas.
-que cuando el mundo se termine y nomás queden los gringos previsores, en el ‘fuerte’ (una especie de comunidad “Volvamos a empezar”) te vas a soplar, quieras o no, la santísima trinidad: un par de soldados cuidando las fronteras, una bandera gringa y una pinches campanas de iglesia protestante anglicana al mediodía.
Igual te valía más quedarte a probar suerte con los zombies.
En fin.
Mejor dirija usted sus esfuerzos cinematográficos en ver El Orfanato que es la neta.
Ahora bien, si su onda es el revisionismo, hay que ver The Omega Man y Last Man on Earth, nomás para clavarnos en eso de la copia de la copia de la copia de la copia que ya nada tiene que ver con esa bellísima novela originaria.